Panter Rodríguez Baró. Foto tomada de su perfil en Facebook.
Por ICLEP
Jun 17, 2025 | 8:25 AM
El preso político cubano Panter Rodríguez Baró fue trasladado de forma arbitraria desde una cárcel en La Habana hasta la prisión de Boniato, en Santiago de Cuba, una instalación ubicada a casi mil kilómetros de su lugar de origen, un acto de castigo y tortura psicológica en represalia por sus denuncias sobre violaciones de derechos humanos dentro del penal.
El activista José Díaz Silva, líder del Movimiento Opositores por una Nueva República, denunció en sus redes sociales el 13 de junio que el régimen cubano ha ejecutado una represalia directa contra Rodríguez Baró, recluido en el Edificio 1, 4to Norte, por negarse a pararse firme y a participar en el recuento obligatorio de los presos, una forma de sumisión dentro del sistema carcelario.
Este traslado no solo implica el exilio interno del activista, sino una incomunicación forzosa que busca doblegar su espíritu crítico dentro de la cárcel, pero es un castigo que no se limita a él, sino que también incide sobre su familia. Según Díaz Silva, su madre, Ester Baró Carrillo, una anciana enferma y en silla de ruedas, ya no podrá visitarlo ni asistirlo en sus necesidades básicas, lo cual constituye una carga emocional devastadora para ambos.
El caso de Panter Rodríguez Baró, condenado a 15 de años de privación de libertad acusado de profanar bustos del Apóstol José Martí, es una clara violación a los derechos humanos y penitenciarios del preso político.
El pasado 10 de junio Lisset Fonseca, madre del preso político Roberto Pérez Fonseca, denunció provocaciones y amenazas contra su hijo en la cárcel de Quivicán. En un video difundido por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, Lisset alertó que en llamada telefónica su hijo le comunicó que Dorisbel, jefe de esa prisión, dio la orden a los presos que pertenecen al consejo de disciplina que lo mantuvieran molesto en todo momento, y en caso de que él protestara que le dieran golpes.
“Esto puede comenzar con un piñazo, pero no se sabe cómo va a terminar”, expresó Lisset preocupada ante la posibilidad real de que su hijo sea agredido físicamente en prisión y haya consecuencias mayores. La señora también denunció que la intención detrás de todo esto es fabricarle una nueva causa a Roberto.