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Cuba, más que una amenaza, un enemigo activo de EE. UU.

Dr. Oscar Elías Biscet

Apr 2, 2021 | 12:05 AM


Cuba, más que una amenaza, un enemigo activo de EE. UU.

Por el Dr. Oscar Elías Biscet

Uno de los sambenitos más utilizados por los tiranos de izquierda es el despectivo de contrarrevolucionario. Desde el punto de vista intelectual y médico se usa para paralizar y neutralizar psicológicamente a sus adversarios prodemocráticos. Fue el cliché del Régimen del Terror francés (1792-1793), rescatado por el despreciable régimen comunista de la Unión Soviética (1917-1991) y después como consigna muy popular en sus inicios y aún vigente en la Cuba castrosocialista.

La tristemente célebre frase contrarrevolucionario (CR) está asociada a millones de asesinados por los regímenes socialistas. La oí con más intensidad y frecuencia contra mi persona cuando ya era un hombre maduro, tanto en lo personal, familiar y profesional, como intelectual y político, no hizo ninguna mella en mi psique y carácter, fue en el año 1997, en el momento que creé la Fundación Lawton de Derechos Humanos.

En realidad, donde más presión psicológica ejerce el término de contrarrevolucionario es en el sistema penitenciario castrista. Allí a los presos le hacen un expediente de recluso y una tarjeta, que debe presentarse adonde vaya el interno. En la tarjeta, ese término político despectivo se codifica como CR y lo escriben con letras grades y rojas. Tuve varios encuentros verbales con los militares y reclusos por esas letras. Siempre les aclaré que no importa cómo me clasificaba la dictadura de Castro, que era inocente y solo un promotor y defensor a ultranza del derecho a la vida, la libertad y la propiedad; que en realidad era un contrarrecontracomunista o un contra Castro Ruz o, simplemente, un contracomunista (en recuerdo del término anticomunista).

Por supuesto, la dictadura castrosocialista se jacta de defender la vida y la libertad; y como grandes hipócritas de escasa creatividad intelectual hablan de ser una maravilla de sistema en la salud, lo educacional y la socialización de la libertad; sin importarles, las recientes plagas de sarna, piojos y COVID 19, fuera de control, sin medicamentos y grandes colas en las farmacias, a pesar de que los medicamentos son por tarjeta de racionamiento. También hubo brote de rabia humana en el oriente del país. Sin embargo, los castrosocialistas propagan ataques de ira y odio incontrolables, cuando les habla del derecho a la propiedad, no se esconden para denigrarte y exponer la censura a la herencia o a la posesión de empresas privadas por los cubanos.

Si algo distingue a los regímenes socialistas son sus estigmas de opresor a través del terror de estado, las graves, flagrantes y sistemáticas violaciones de los derechos humanos y las libertades fundamentales y, sobre todo, el gran fracaso económico e intelectual. Les expongo como lo describen grandes personajes de la historia universal contemporánea: Winston Churchill, Friedrich Hayek y José Martí.

Churchill expuso que “El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia y la predica a la envía; su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria”. Y en otra idea: “Los primeros cristianos decían Todo lo mío es tuyo, los socialistas dicen Todo lo tuyo es mío”.

Hayek nos legó sobre la importancia de la libertad y expresa: “Bajo el Estado de Derecho... el individuo es libre de perseguir sus objetivos y deseos, con la garantía de que los poderes del gobierno no se usarán deliberadamente para frustrar sus esfuerzos”. También dice que “Una sociedad que no reconoce que cada individuo tiene valores propios los cuales tiene derecho a seguir, no puede respetar la dignidad del individuo y no puede conocer lo que realmente es la libertad”.

Martí, su pensamiento esclarecedor sobre la tiranía socialista, manifestó: “Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras: el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y rabia disimuladas de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombres en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados”.

El régimen castrista es hostil a la libertad, enemigo número uno del pueblo cubano y de EE. UU. en la región y entre los primeros en el mundo, con alianzas con las grandes potencias imperialistas de Rusia, China e Irán y varios movimientos terroristas, creados y entrenados en Cuba; que lo hace un enemistado de la humanidad.

El largo historial de agresiones contra EEUU podemos definirlo brevemente así: el régimen cubano ha robado propiedades privadas a través de la confiscación forzosa y arbitraria, conocía de antemano de los atentados a los presidentes John F. Kennedy y Ronald Reagan, convirtió a Cuba en una gran base militar soviética de misiles ofensivos nucleares y estimuló a la dirección de ese país a dar un golpe nuclear preventivo en varias ciudades estadounidenses, envió drogas, tráficos y lavado de dinero en el territorio norteño, ataques a ciudadanos civiles: turistas y diplomáticos en La Habana e injerencias en el proceso de elecciones 2020; por todo esto, no solo es una amenaza al pueblo estadounidense sino un activo y obstinado enemigo.

Uno de los sambenitos más utilizados por los tiranos de izquierda es el despectivo de contrarrevolucionario. Desde el punto de vista intelectual y médico se usa para paralizar y neutralizar psicológicamente a sus adversarios prodemocráticos. Fue el cliché del Régimen del Terror francés (1792-1793), rescatado por el despreciable régimen comunista de la Unión Soviética (1917-1991) y después como consigna muy popular en sus inicios y aún vigente en la Cuba castrosocialista.

La tristemente célebre frase contrarrevolucionario (CR) está asociada a millones de asesinados por los regímenes socialistas. La oí con más intensidad y frecuencia contra mi persona cuando ya era un hombre maduro, tanto en lo personal, familiar y profesional, como intelectual y político, no hizo ninguna mella en mi psique y carácter, fue en el año 1997, en el momento que creé la Fundación Lawton de Derechos Humanos.

En realidad, donde más presión psicológica ejerce el término de contrarrevolucionario es en el sistema penitenciario castrista. Allí a los presos le hacen un expediente de recluso y una tarjeta, que debe presentarse adonde vaya el interno. En la tarjeta, ese término político despectivo se codifica como CR y lo escriben con letras grades y rojas. Tuve varios encuentros verbales con los militares y reclusos por esas letras. Siempre les aclaré que no importa cómo me clasificaba la dictadura de Castro, que era inocente y solo un promotor y defensor a ultranza del derecho a la vida, la libertad y la propiedad; que en realidad era un contrarrecontracomunista o un contra Castro Ruz o, simplemente, un contracomunista (en recuerdo del término anticomunista).

Por supuesto, la dictadura castrosocialista se jacta de defender la vida y la libertad; y como grandes hipócritas de escasa creatividad intelectual hablan de ser una maravilla de sistema en la salud, lo educacional y la socialización de la libertad; sin importarles, las recientes plagas de sarna, piojos y COVID 19, fuera de control, sin medicamentos y grandes colas en las farmacias, a pesar de que los medicamentos son por tarjeta de racionamiento. También hubo brote de rabia humana en el oriente del país. Sin embargo, los castrosocialistas propagan ataques de ira y odio incontrolables, cuando les habla del derecho a la propiedad, no se esconden para denigrarte y exponer la censura a la herencia o a la posesión de empresas privadas por los cubanos.

Si algo distingue a los regímenes socialistas son sus estigmas de opresor a través del terror de estado, las graves, flagrantes y sistemáticas violaciones de los derechos humanos y las libertades fundamentales y, sobre todo, el gran fracaso económico e intelectual. Les expongo como lo describen grandes personajes de la historia universal contemporánea: Winston Churchill, Friedrich Hayek y José Martí.

Churchill expuso que “El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia y la predica a la envía; su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria”. Y en otra idea: “Los primeros cristianos decían Todo lo mío es tuyo, los socialistas dicen Todo lo tuyo es mío”.

Hayek nos legó sobre la importancia de la libertad y expresa: “Bajo el Estado de Derecho... el individuo es libre de perseguir sus objetivos y deseos, con la garantía de que los poderes del gobierno no se usarán deliberadamente para frustrar sus esfuerzos”. También dice que “Una sociedad que no reconoce que cada individuo tiene valores propios los cuales tiene derecho a seguir, no puede respetar la dignidad del individuo y no puede conocer lo que realmente es la libertad”.

Martí, su pensamiento esclarecedor sobre la tiranía socialista, manifestó: “Dos peligros tiene la idea socialista, como tantas otras: el de las lecturas extranjerizas, confusas e incompletas, y el de la soberbia y rabia disimuladas de los ambiciosos, que para ir levantándose en el mundo empiezan por fingirse, para tener hombres en que alzarse, frenéticos defensores de los desamparados”.

El régimen castrista es hostil a la libertad, enemigo número uno del pueblo cubano y de EE. UU. en la región y entre los primeros en el mundo, con alianzas con las grandes potencias imperialistas de Rusia, China e Irán y varios movimientos terroristas, creados y entrenados en Cuba; que lo hace un enemistado de la humanidad.

El largo historial de agresiones contra EEUU podemos definirlo brevemente así: el régimen cubano ha robado propiedades privadas a través de la confiscación forzosa y arbitraria, conocía de antemano de los atentados a los presidentes John F. Kennedy y Ronald Reagan, convirtió a Cuba en una gran base militar soviética de misiles ofensivos nucleares y estimuló a la dirección de ese país a dar un golpe nuclear preventivo en varias ciudades estadounidenses, envió drogas, tráficos y lavado de dinero en el territorio norteño, ataques a ciudadanos civiles: turistas y diplomáticos en La Habana e injerencias en el proceso de elecciones 2020; por todo esto, no solo es una amenaza al pueblo estadounidense sino un activo y obstinado enemigo.

Cortesía  Diario las Américas

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