El periodista independiente Carlos Milanés fue detenido el 25 de mayo en medio de un operativo violento de la Seguridad del Estado por supuestos vínculos con la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).

Según declaró el reportero al medio ADN Cuba, fue tratado con violencia desde el momento del arresto y el posterior traslado a la unidad de la policía de Dragones donde permaneció más de dos horas, hasta que lo llevaron para la unidad de Zanja.

“Fuerzas represoras del régimen me trasladaron a mi casa, yo no tenía llaves de mi casa en ese momento, rompieron la puerta de mi casa, una ventana, una cama. Dicen ellos que buscando a miembros de la UNPACU, que yo me relacionaba con miembros de la UNPACU para desempeñar actos de terrorismo aquí en La Habana”, relató Milanés quien presenció cómo desordenaron e invadieron su vivienda sin una orden judicial.

"Una vez más he sido víctima de la represión y el salvajismo que se vive en esta dictadura (...) Todo es una mentira y un engaño. Lo que les duele es que nosotros los reporteros estemos en la calle interactuando y escuchando las denuncias que hace el pueblo cubano que está cansado. El pueblo cubano quiere la libertad y que se haga justicia", aseguró el periodista.

Los periodistas independientes cubanos, los pocos que quedan en la isla y que no han sido obligados al exilio, está bajo constante hostigamiento de los órganos represores de la dictadura. El pasado 22 de mayo la periodista de CubaNet Camila Acosta denunció nuevamente en sus redes sociales la vigilancia policial y de la Seguridad del Estado a la que estaba siendo sometida.

“El agente de la policía política que se identificó como Orlando (no es su nombre real) no nos permitió a mí y a mi pareja, el escritor y expreso político Angel Santiesteban-Prats, salir de la vivienda. Se nos acercó cuando íbamos de salida, junto a dos mujeres vestidas de civil y una patrulla policial con dos policías, quienes esperaban su orden de detención. Nos comunicó ‘con mucho respeto’ que hoy no podríamos salir, que no quería detenernos y que, ‘por favor, entiendan’”, compartió Camila en su perfil en Facebook.

La periodista añadió que el represor “no nos supo explicar -o no quiso hacerlo- el motivo de la reclusión domiciliaria; tampoco presentó algún documento oficial que lo respaldara. Dijo que quería hablar con nosotros en alguna otra ocasión. Le dijimos que no teníamos nada que hablar con ellos (la Seguridad del Estado)”.