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Noviembre 2025: 100 violaciones confirman el recrudecimiento de la represión contra la libertad de expresión y de prensa en Cuba

Informe Noviembre 2025

Por ICLEP

Dec 15, 2025 | 9:00 AM


El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) presenta su Informe Mensual correspondiente a noviembre de 2025, en el que documenta 100 violaciones a la libertad de expresión y de prensa en Cuba, una de las cifras más elevadas del segundo semestre del año y una confirmación del recrudecimiento represivo del régimen cubano.

Bajo el título “Sin voz ni derechos: balance represivo del régimen cubano”, el informe expone cómo estas 100 violaciones se distribuyen de manera significativa entre la libertad de expresión (62 casos, 62 %) y la libertad de prensa (38 casos, 38 %), evidenciando una ofensiva directa y deliberada contra periodistas, comunicadores, medios independientes y ciudadanos que ejercen su derecho a opinar e informar fuera de los marcos oficiales.

El análisis por indicadores represivos, conforme a la metodología del ICLEP, revela que durante noviembre el régimen activó los seis indicadores que mide la organización, con especial énfasis en los siguientes:

  1. Ataques, amenazas y agresiones psicológicas, que se convirtieron en el principal mecanismo represivo del mes, con un incremento del 165 % respecto a octubre. Estas acciones incluyeron campañas de difamación, intimidación directa, vigilancia, citaciones y hostigamiento sostenido, especialmente contra periodistas y medios independientes.
  2. Uso abusivo del poder estatal, que registró un aumento del 233 %, reflejando una mayor instrumentalización de instituciones públicas, funcionarios, fiscales y jueces para castigar la disidencia y simular legalidad en la represión.
  3. Restricciones en el espacio digital, que se duplicaron, confirmando el papel de la censura en internet, los bloqueos selectivos y la vigilancia digital como herramientas clave para limitar la circulación de información independiente.

En contraste, aunque las detenciones arbitrarias y las agresiones físicas disminuyeron en términos numéricos, esta reducción no representó una mejora real, sino un desplazamiento estratégico hacia formas menos visibles, pero más sistemáticas de coerción. El indicador de reclusión o privación de libertad no registró nuevos casos en noviembre; sin embargo, el informe documenta la continuidad de castigos y represalias contra presos políticos ya encarcelados, lo que mantiene activo este mecanismo represivo.

En cuanto a la distribución geográfica, el análisis territorial evidencia una concentración claramente definida de la represión, con La Habana como epicentro, al registrar 63 de los 100 casos documentados (63 % del total). Este patrón confirma que la capital continúa siendo el principal foco de control político e informativo, debido a la mayor presencia de periodistas independientes, medios alternativos y actores cívicos. Le siguen Santiago de Cuba (7 %) y Matanzas (5 %), territorios donde el aumento del activismo ciudadano y las denuncias públicas han generado una respuesta represiva sostenida. Provincias como Guantánamo, Holguín, Villa Clara, Las Tunas y Pinar del Río presentan cifras menores, pero mantienen patrones similares de vigilancia, amenazas y citaciones arbitrarias. El registro de un caso de violación en el extranjero contra un director de medio independiente confirma, además, que el control informativo del régimen trasciende las fronteras nacionales, reforzando el carácter centralizado y expansivo de la represión.

El análisis por género confirma igualmente el carácter transversal y selectivo de las violaciones documentadas. Del total de víctimas identificadas, 44 fueron hombres (46 %) y 25 mujeres (26 %). Aunque los hombres continúan siendo las principales víctimas de la represión directa, el informe evidencia un patrón diferenciado de hostigamiento contra mujeres periodistas y activistas, quienes enfrentan con mayor frecuencia amenazas, campañas de difamación, acoso psicológico y presiones dirigidas a sus entornos familiares. Estas prácticas buscan no solo silenciar a la víctima directa, sino también amplificar el impacto emocional y social del castigo, reforzando la autocensura y el miedo colectivo.

El informe identifica de manera clara a los principales perpetradores de estas violaciones. La Seguridad del Estado se consolida como el principal y más determinante perpetrador, con 74 hechos documentados (77,1 %), duplicando su nivel de participación respecto al mes anterior. A ella se suman la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), el sistema penitenciario, el sistema judicial, ETECSA y, de forma especialmente alarmante, los medios de comunicación oficialistas, implicados en 49 hechos (51 %) como instrumentos activos de difamación, estigmatización y represión simbólica contra la prensa independiente.

Estos datos confirman que la represión en Cuba es una política de Estado integral, donde los órganos de seguridad, las instituciones judiciales, el sistema penitenciario y el aparato mediático oficial actúan de manera coordinada para silenciar la crítica, controlar el discurso público y generar miedo social.

Con la publicación de este informe, el ICLEP reafirma su compromiso de documentar, analizar y visibilizar las violaciones a la libertad de expresión y de prensa en Cuba, y de alertar a la comunidad internacional sobre la gravedad y persistencia de un modelo represivo que niega derechos fundamentales y criminaliza el ejercicio del pensamiento libre

Invitamos a los lectores a acompañar nuestra labor de monitoreo y defensa de los derechos fundamentales y a consultar el informe completo, AQUÍ.

 

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