Foto tomada del periódico oficialista El Escambray
Por el periodista ciudadano William Correa
Jun 18, 2025 | 10:30 AM
Sancti Spíritus, Cuba, (ICLEP). La falta de servicio eléctrico durante más de 15 horas diarias mantiene afectados los servicios bancarios en la capital espirituana, impidiendo a la población el acceso a sus ingresos personales y el cobro de los salarios y pensiones de jubilación.
Esta afectación mantiene largas colas de personas esperando frente a los bancos, casas de cambios y cajeros automáticos, a la espera de que se restablezca el servicio eléctrico, para poder realizar sus trámites financieros, espera que muchas veces resulta inútil para la mayoría por los prolongados apagones durante el horario diurno.
"Llevo cuatro horas esperando en el banco a que pongan la corriente para ver si puedo cobrar mi jubilación, pero voy a tener que irme pues dicen que no viene hasta las dos de la tarde y con tanta gente en la cola no voy a poder cobrar hoy", aseguró Belarmino Martínez Carbonel, anciano local, residente en la calle Marcial Benítez.
Situación aún más complicada experimentan los trabajadores que cobran sus salarios por tarjetas magnéticas, quienes se pasan varios días para poder extraer su dinero. "Esto es una verdadera tortura, necesito extraer dinero de mi tarjeta para comprar alimentos, pero casi nunca hay corriente cuando vengo y así esperando llevo tres días", comentó Ezequiel Camacho Veloso, residente en el Camino de Las Cañas.
Anabel Miranda Torres, trabajadora del Banco de la calle Máximo Gómez comentó al medio: "Desde que amanece las colas de personas son grandes y duran todo el día esperando a que haya corriente, pero cuando viene dura apenas un par de horas y no podemos atenderlos a todos. Es molesto pero no depende del banco".
La falta de corriente eléctrica durante la mayor parte del día no solo afecta los servicios bancarios, también son afectados los trámites en los registros civiles, notarías y consultorías jurídicas, lugares donde hay gran afluencia de personas, y cuyo servicio depende de computadoras y la conectividad en redes.
Publicado originalmente en la edición 202 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.