Pinar del Río, Cuba, (ICLEP). Al disminuir el turismo extranjero en la zona de Cayo Jutía, uno de los principales cayos que conforman el archipiélago de Los Colorados, en el municipio de Minas de Matahambre, la dictadura dejó de mantener dicha atracción natural, echando a un lado las bicicletas acuáticas que tanto gustan a los cubanos.

Como si los únicos que tuvieran derecho a pasar un día gozando de los recursos del cayo fueran los turistas, sólo quedan funcionando tres de las doce bicicletas acuáticas que había antiguamente, lo cual no satisface las necesidades de los turistas cubanos.

Los locales que visitan Cayo Jutía tienen que pagar 250 pesos por dos horas de alquiler. Y no es sólo eso, los cubanos no tienen derecho a pasear en la lancha de combustible, ni a ir a la zona de buceo, pues ese privilegio es sólo para los extranjeros.

La pinareña perteneciente al poblado de las Minas de Matahambre, Yurana Fonseca Corrales, quedó sorprendida al llegar al cayo y ver en las condiciones que se encontraban los equipos.

“Es una pena que para los cubanos no existan prioridades en este lugar, si el turismo estuviera como antes de la pandemia estarían listos esperando para cobrar el servicio por dólares”. “En este país el propio cubano no tiene derecho a divertirse, con lo que a mis hijos les gusta montarse en las bicicletas acuáticas y mira cómo están, llenas de churre, pero si hubiera turistas estuvieran nuevas de paquete”, declaró la viñalera Beatriz Vázquez Bermúdez.

El pinareño Lorenzo Peña Quintero corroboró al medio que el día no le alcanzó para poder montar una bicicleta, ya que eran muchas personas para pocos equipos. “Al final me fui y me quedé con las ganas, así se vive en Cuba, con ganas”.

Publicado originalmente en la edición 261 del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  Panorama Pinareño