Ilustración Canva.
Por Esteban Fernández Roig
May 16, 2023 | 10:15 AM
No, no había una escuela, ni un libro donde los padres aprendieran la forma adecuada de criar a sus niños.
Sin embargo -y lo he comprabado en contacto directo con mis contemporáneos- todos actuaban absolutamente iguales o muy parecidos.
Los mismos consejos, exactos regaños, respeto, moralidad extrema, crianza diferente de la hembra y el varón, e inmenso cariño por los retoños desde San Antonio a Maisí.
Desde luego, había una clase súper importante recibida por abuelos, padres y sus descendientes llamada “Moral y Cívica” que muchísimo nos ayudaba…
Los juegos y pasatiempos eran exactamente iguales a través de todo el país. Y seguíamos a pie juntillas las “épocas”: las diferentes etapas de los papalotes, las bolas o canicas, los trompos, los patines, las chivichanas, las quimbumbias, etc.
Y los inviernos eran dedicados a la pelota, a los sagrados Habana, Almendares, Cienfuegos y Marianao. Nada disfrutábamos más que las Navidades y los Reyes Magos.
Unos éramos educados en la religión católica, otros en la protestante, pero a todos (o en un 90 % de los casos) nos inculcaban la creencia firme en Santa Bárbara, San Lazaro y la Caridad del Cobre.
No nos mezclaban en la política. No sabíamos con exactitud si nuestros padres eran grausistas, priistas, batistianos o machadistas. En realidad, pensábamos que eran “apolíticos” …
Hacer amiguitos era la cosa más fácil del mundo, primero en el barrio y después en las escuelas.
La enseñanza comenzaba en el Kindergarten y en realidad ahí aprendíamos todo lo necesario para sobrevivir en la vida.
A todos nos embutían de comida, al principio con una cucharita y el truco de “ahí viene el avióncito” y después con “cómanselo todo, no dejen nada en el plato, que ya los niños en África quisieran tener esta comida” … Era uno de los principales deberes maternales que sus hijos no estuvieran flacuchos…
Todos escuchamos: “Bájate de ahí que te vas a partir una pata”, “No hagan ruido que tú papá está durmiendo” y el increíble consejo de: “Si el muchacho es más grande que tú, no puedes con él, y te está molestando, pártele un palo en la cabeza”…
La vestimenta era inicialmente pantalones cortos, después bombaches y gloriosamente los pantalones largos.
Todos nos enamoramos de una niñita del barrio y la primera mujer semidesnuda que vimos fue Briggite Bardot en la película “Y Dios creó a la mujer” …
A las doce del día, como un resorte, como si fuera un deber ciudadano de los muchachos cubanos, encendíamos el radio para escuchar a “Los Tres Villalobos”.
Y todavía cierro los ojos y me parece escuchar el ruido de sus cascos al galopar de Azabache, Centella y Tormenta.
Eliazar castillo May 21, 2023. 8:55 PM
Ok me gusta la pajina