Foto de Scott Eckersley en Unsplash
Por el periodista ciudadano Daniel Camejo López
Mar 17, 2024 | 10:30 AM
Históricamente, desde el primer Periodo Especial de inicio de los años 90, el huevo de la canasta básica ha clasificado en términos nutricionales como la posibilidad que tienen los cubanos de acercarse a un plato fuerte; aunque ahora no se sabe cuán fuerte es.
El descalabro de la producción de huevos de gallina en Cuba asombra por sus niveles de decrecimiento, en un país donde por decreto está vedado el consumo de carne de res. La producción ha degenerado a tal punto que se empalma de un mes a otro sin suministros a las bodegas.
El ministro de Agricultura, Ydael Pérez Brito, reconoció en el Noticiero Estelar de la Televisión en octubre pasado, que la producción de huevos en Cuba disminuyó de cinco millones diarios en 2020 a 2,2 millones en 2023. Como se aprecia, un total desastre.
Según este funcionario, la crisis está relacionada con la escasez de gallinas ponedoras que experimenta el país. Pero, por qué no se previno esto cuando se inundaban los sitios estatales de las llamadas ‘gallinas bailarinas’; como apreciamos, ahora sin remplazos.
No obstante, aquí se observa un giro en el discurso oficialista en busca del amparo de la justificación: tiempo atrás, las autoridades del sector avícola en una Mesa Redonda vinculaban el decrecimiento a que las gallinas estaban estresadas.
Hoy, ni tristes están, han desaparecido. En un sector tan vital, donde lo único que tienen la mayoría de los cubanos son los cinco escasos huevos, nadie puede darse el lujo de actuar por reacción, a la retaguardia o caboose (furgón de cola) de los problemas de la nación.
Pero, gracias a Dios o al temible imperio estadounidense, todavía a las mesas de la Isla llegan, un mes sí y otros no, los cinco huevos de la cuota. Valgan al pueblo cubano las fisuras del poderoso bloqueo yanqui, que según las opiniones en la calle, parece más un queso suizo (el de los huequitos) que una barrera infranqueable.
El Departamento de Agricultura de EE.UU., asegura en diversas publicaciones de dominio público que en el penúltimo mes de 2023 la cifra invertida por Cuba en la adquisición de huevos ascendía a no menos de 1 049 102 USD.
Cifra millonaria. Pero, aún siendo así, con este aporte del enemigo yanqui los cubanos continúan contra la pared: cinco huevos al mes para una persona como única proteína a largo plazo es un suicido, desnutre.
Esa es la cuestión, qué cosa será, ser o no ser, en un país cuyos gobernantes alardean en eventos internacionales sobre los poderes de la canasta básica. Los huevos de los cubanos: ¿plato fuerte o plato débil?
Publicado originalmente en la edición 211 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa