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El vergonzoso desacato del régimen: un ‘martillo’ que intenta cerrar bocas disidentes

Foto de Craig Philbrick en Unsplash

Por la periodista ciudadana Silvia Alonso Urrutia

Dec 22, 2024 | 10:30 AM


El régimen ahora mismo, con Cuba en llamas y sin otro recurso a mano para ilegitimar el creciente descontento social en la Isla, intensifica el cargo de desacato, siempre por medio de testigos que nadie sabe de dónde salen, para intentan sellar las bocas que disienten.

La última víctima, el joven santiaguero Luis Adrián Pupo García. Sucedió en el parque central del municipio oriental Songo-La Maya. El país estaba apagado y este joven cometió el error de percatarse, “nadie más lo había percibido en Cuba”, -y lanzar ligeras diatribas al poder en público- por la falta de electricidad a lo largo y ancho, sin dejar rincón del archipiélago.

¡Qué crimen! Cadena perpetua. Pudiéramos comenzar a narrar este atroz atropello con un referente alegórico y muy ilustrativo de algo que circula en redes sociales a modo de críticas a los eufemismos de la dictadura, cuando intentan pasar por ligero lo que es terrible para el país: el apagón. Y dice: “Una sonrisa alumbra más que la electricidad y no cuesta nada”. Adentrándonos en los hechos.

El pasado 18 de octubre, Pupo García fue apresado por la policía en el parque central de la localidad por expresar en público su disgusto por el apagón masivo. Solo dijo en voz alta, y no de tantos decibeles: “Hasta cuándo vamos a aguantar. Esto está demasiado malo”. Eso bastó para que la policía lo arrestara como el más peligroso de los criminales cubanos.

Lo que se sabe, por las personas que estaban allí y presenciaron el suceso, es que en ningún momento Luis Adrián se resistió al arresto ni mediaron ofensas de su parte hacia las autoridades. El arresto y conducción hacia la estación policial del territorio fue pacífico; 11 días después el joven, de 35 años de edad, continúa apresado y acusado de desacato.

Destacar que García había cuestionado en un acto público a Díaz-Canel, con asuntos que aquejan a los residentes de la zona, en una anterior visita del gobernante al municipio. Desde entonces, la policía política no le pierde pie ni pisada. El seguimiento y acoso es constante, como si en ellos le fuera el poder al presidente. Pero, quién es este joven cubano. ¿Será un delincuente en verdad? ¿Qué dicen sus coterráneos, los que lo conocen?

“Luis Adrián Pupo García es licenciado en Cultura Física, de buena familia humilde, respetuoso, serio. Desde hace unos años pertenece a la Fraternidad Masónica, a la Logia Flor de América de La Maya·, dijo a Martí Noticias su amigo y hermano de logia Roberto Serrano. ¿Qué le espera a este muchacho? Lo acostumbrado.

La Fiscalía le pedirá años como quien pide libras de arroz en un mercado, como algo cansón y natural, por pedir. Estará años en prisión, con delincuentes, que la policía política, en total dominio del sistema penitenciario de la Isla, se encargará de que le hagan al extremo difícil la vida.

En otras palabras, un joven masón correcto, ideal de ciudadano honrado, será conducido a la guillotina del régimen. Lo tratarán de destruir a modo de ejemplo. Mientras, a Naciones Unidas solo le bastará para el ‘OK’ hipócrita el supuesto debido proceso: un expediente con los testigos, el papeleo.

Esta es la historia de Luis Adrián Pupo García, quien osó percatarse de que Cuba estaba apagada. La dictadura destruye. Devora jóvenes. Consume humanos. Destruye cubanos. Para esto, el régimen se vale del vergonzoso desacato, un ‘martillo’ que intentan cerrar bocas que disienten.


Publicado originalmente en la edición 250 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero

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