Redacción ICLEP- Los presos políticos cubanos Walfrido Rodríguez Piloto, Nilo Abrahantes Santiago y Juan Enrique Pérez Sánchez respondieron con huelgas de hambre y autolesiones a los castigos que les fueron impuestos por ejercer su libertad de expresión.

En la Prisión de Jóvenes del municipio Cotorro, conocida como Ivanov, Rodríguez y Abrahantes fueron privados de su derecho a las llamadas telefónicas, como represalia por denunciar que no estaban recibiendo asistencia religiosa en esa prisión habanera. Según información publicada por el medio independiente Cubanet, ambos reclusos se declararon en huelga de hambre a partir del 14 de febrero para exigir el respeto a sus derechos.

Por su parte, Juan Enrique Pérez Sánchez, en la prisión Melena del Sur, en Mayaquebe, se cosió la boca luego de realizar una protesta por la que fue llevado a celda de castigo. El prisionero político lanzó proclamas con frases antigubernamentales y pintó en su cuerpo la frase Patria y Vida. La noticia se conoció el pasado 16 de febrero cuando su esposa se presentó en el centro penitenciario para acudir a la visita familiar que le correspondía, la cual le fue suspendida.

Coserse la boca con alambres es una de las formas de protesta empleadas por los reclusos en las cárceles cubanas, a pesar de los daños que puede provocarles esta acción, ejecutada sin condiciones higiénicas necesarias ni medicamentos que supriman el dolor.

Estos reclusos, que fueron víctimas de represión la pasada semana, se encuentran prisioneros injustamente por participar en las protestas masivas del 11 de julio de 2021. Walfrido Rodríguez fue condenado a diez años de cárcel, Juan Enrique Pérez a ocho y Nilo Abrahantes a cinco. En el caso de los dos primeros, entre otros delitos, les fue imputado el cargo de Desacato, generalmente empleado por el régimen cubano para inhibir la libertad de expresión de los individuos.

Con frecuencia, el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) reporta castigos contra reclusos que desde las prisiones exponen las violaciones y malas condiciones a las que son sometidos. Las represalias de las que son víctimas y la situación de indefensión en que se encuentran, lleva a algunos a tomar acciones que atentan contra su salud, como son las huelgas de hambre o las autolesiones. El pasado mes de enero, la presa política Yanet Pérez Quevedo se cortó las venas luego de que un guardia le colgara el teléfono cuando estaba realizando una denuncia.