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Las dudas sobre el harakiri de Esteban Lazo en la Asamblea Nacional

Foto de Ricardo IV Tamayo en Unsplash

Por el periodista ciudadano Daniel Camejo

Aug 20, 2023 | 9:50 AM


Muchos coinciden en que el plato fuerte en la recién concluida primera sección ordinaria de la décima legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, lo constituyó las palabras de Juan Esteban Lazo Hernández, Presidente del Parlamento cubano. Una especie de harakiri o mea culpa (mi culpa) –del régimen–.

El gentío nacional se ha quedado con la boca abierta. En el actual dilema que vive la Isla, de gente cansada, de pueblo hastiado del mismo triunfalismo sin nada dentro (hueco), la diatriba de Esteban, eclipsó tanto a los debates redundantes de los diputados como a las conclusiones de Díaz Canel.

Lazo arrasó. Se llevó el show. ¿Qué dijo Lazo Hernández? Aquí les va: “(…), prácticamente el ciento por ciento de la canasta básica se está importando. (…). Y el país no tiene dinero. (…). Estamos muy cansados ya de programas, medidas, estudios, diagnósticos y la realidad dónde está, es decir, la solución del problema dónde está.

En mayo se aprobó la ley esta [soberanía alimentaria], hace un año y dos meses y todavía estamos discutiendo si se implementó bien sino no se implementó bien, (…) y ya lleva un año y dos meses de aprobada la ley. ¿Hasta cuándo vamos a estar en esa situación?”, palabras de Lazo. Al respecto, dudas, un arcoíris.

“¡Ah!, este estaba borracho”, fueron las primeras impresiones de la gente en los barrios, apelando al hermetismo de la dictadura en cuanto a reconocer el daño que han causado a la nación; además de lo que significa tirarse de la guagua andando (acto suicida) en caso de que las palabras de Lazo sea resultado de iniciativa propia. “Su último parlamento”, decían otros.

Cuántos disidentes o gente de pueblo no hay presa en Cuba ahora mismo, acusados de haberse robado una gallina, por decir esto mismo que ha dicho Lazo en la Asamblea Nacional. Una verdad en boca de un jerarca que llueve a raudales sobre el día a día. Sólo depende de quién lo diga, será o no delito.

La gran duda de la gente está, según los comentarios apreciados en los barrios, en dilucidar si el harakiri de Lazo responde a un ataque de conciencia, por razones de honor personal, o si se trata de un suicidio por orden superior.

Lo cierto es que hay una realidad: el país no aguanta más, no existe la más mínima esperanza de mejoría – Rusia está más enredada que un bejuco– y el régimen no ha podido borrar del calendario el 11 de julio; está latente, para bien o para mal, en cuanta cabeza cubana existe.

Por tanto, las dudas de la gente sobre el seppuku (harakiri) de Esteban Lazo en la Asamblea Nacional se fundamentan en que detrás de ese aparente suicidio como sistema fallido hay algo. Más que un ejercicio de mea culpa, alguna treta que les permita conservar el poder.

 

Publicado originalmente en la edición 198 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

 

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