Dos pastores evangélicos cubanos, Luis Guillermo Borjas y su esposa Roxana Rojas, enfrentan un proceso judicial en la Isla de la Juventud acusados de desacato y desobediencia a la autoridad, después de invocar "la justicia de Dios" en medio de un juicio militar contra su hijo el pasado 19 de mayo.

La pareja, acreditada por las Asambleas de Dios en Cuba, había comparecido como testigos en el juicio contra su hijo, Kevin Lay Laureido Rojas, acusado de evadir el Servicio Militar Obligatorio, por lo cual se le pide una condena de cuatro años de cárcel, expuso en su perfil en Facebook la periodista Yaiset Rodríguez Fernández.

Durante el juicio, los pastores presentaron documentación médica para probar que Kevin padece desde hace años trastornos psiquiátricos y que, por tanto, había sido declarado no apto por una comisión médica. Sin embargo, la fiscalía rechazó la validez de estas pruebas y cuestionó la veracidad de sus declaraciones, lo que generó tensión durante el juicio.

En ese momento, el pastor Borjas respondió a la fiscal que “estaban actuando con injusticia y que les iba a tocar enfrentarse entonces a la justicia de Dios”. De acuerdo con la denuncia, la fiscal respondió citando un presunto artículo que “prohíbe hablar de Dios, y mucho menos de la justicia de Dios, en un tribunal militar”, argumentando que “para hacer justicia estaban ellos”.

A raíz de este incidente, ambos pastores fueron acusados formalmente de desacato y desobediencia. La fiscalía ha pedido ocho años de privación de libertad y el juicio ha sido fijado para el próximo 9 de junio.

Tras el incidente judicial, ambos fueron encerrados en un calabozo. Luis Guillermo Borjas permanece incomunicado y de acuerdo con la información de la periodista, no se le permite recibir visitas, llamadas telefónicas ni alimentos del exterior. Su esposa, Roxana Rojas, fue liberada en horas de la noche del mismo día 19 de mayo, debido a problemas de salud.

Ambos pastores temen por la salud mental de su hijo, quien escapó de las instalaciones militares tras ser reclutado. Una fuente local dijo a la reportera que “se lo llevaron obligado, él no soportó y se escapó para su casa. Allá lo fueron a buscar y lo metieron preso”.

La situación de la familia Borjas Rojas ha despertado alertas sobre la libertad de expresión religiosa en la isla, y vuelve a poner sobre la mesa los cuestionamientos al servicio militar obligatorio en Cuba.