“Este sindicato no me representa, solo sirve a la administración y a sus dirigentes”, fueron palabras expresadas por Armando Agüero Ponce, un trabajador de la Empresa de Mantenimiento a Viales, que fue sancionado por decir en una reunión en ese centro, que Miguel Díaz Canel no estaba garantizando ni siquiera los servicios básicos que necesita el pueblo.

El señor Agüero le informó a nuestra redacción, que lo expresado anteriormente lo dijo en una reunión sindical celebrada el pasado 30 de mayo, donde se analizaron los problemas que afectan al colectivo de trabajadores de la mencionada entidad estatal. “Me cansé de escuchar tantas mentiras y de que no se haga nada para resolver los millones de problemas que tenemos los trabajadores que andamos a pie.

Por eso manifesté públicamente mi opinión y la mayoría de mis compañeros me aplaudieron. Aunque no pasen de eso, sé que piensan igual que yo”, refirió. El trabajador aseguró que luego de terminarse el encuentro en su centro de labor fue citado por el director general de ese organismo, quien en compañía de un oficial de la Seguridad del Estado, lo amenazó y le dijo que personas que pensaran de esa manera no podían trabajar en una empresa de la revolución.

“Decidí que no me iba a ir de mi trabajo, que me tenían que botar para sacarme de allí. Solo tres días después recibí la notificación de que no era idóneo para mi cargo como jefe de brigada y que me trasladarían para uno de menor remuneración. Ahora me pusieron de regador de rocoso que es la labor más dura que se pueda realizar y que saben bien que por mi edad no puedo cumplir”, significó.

Orelvis Menéndez, operario de una máquina retroexcavadora y compañero de trabajo de Agüero Ponce por más de 20 años, le dijo al autor de este trabajo, que en la reunión se comprobó que los obreros cubanos no tienen derecho a expresarse libremente. “Solo dijo la verdad, habló de problemas reales que nos afectan a todos los trabajadores y que impiden que tengamos una vida digna.

Armando fue muy valiente y fue sancionado por decir públicamente lo que muchos de nosotros tenemos atragantado en la garganta y estamos deseosos de gritar”, refirió. Para qué sirve el sindicato, es la pregunta que muchos obreros cubanos se hacen en sus centros de trabajo al ver cómo esa institución no hace nada por ayudarlos cuando más lo necesitan.

Publicado originalmente en la edición 97  del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  Páginas Villareñas.