La Habana, Cuba- Carlos Milanés Tejeda, colaborador de ADN Cuba, fue agredido el pasado domingo por parte de agentes de la Seguridad del Estado mientras realizaba un reportaje sobre las deficientes condiciones del hotel Tritón en la capital.

Milanés se encontraba filmando en el lugar cuando los represores se acercaron y se identificaron como oficiales de la Seguridad del Estado. Le ordenaron que entregara el teléfono, ya que según ellos su trabajo constituía “una campaña contra el bienestar y la prosperidad de la ciudadanía cubana”.

Al negarse, se lo arrebataron de la mano y lo lanzaron contra el suelo, dejando inutilizado el móvil que Milanés emplea para realizar las grabaciones y transmisiones para el medio independiente ADN Cuba. También le dijeron que era “financiado por el gobierno de los Estados Unidos, que era un contrarrevolucionario que daba información a los terroristas que quieren desestabilizar a la Revolución Cubana y que por esta razón podía ir preso”.

Esta amenaza le fue reiterada a finales del pasado mes y forma parte del acoso constante a este colaborador de medios independientes, quien ha sido víctima de arrestos domiciliarios para impedirle realizar su trabajo y detenciones por reportar sobre problemáticas sociales como el robo de medicamentos o intentar dar cobertura a juicios de presos políticos.

El 1ro de febrero de este año fue citado a la estación policial de Dragones en Habana Vieja y sometido a una prueba de caligrafía debido a unos carteles antigubernamentales que aparecieron en esa zona.

El régimen cubano constantemente persigue el periodismo independiente e intenta debilitarlo forzando al exilio a los reporteros y colaboradores de medios. Aquellos que quedan en Cuba, se encuentran bajo asedio permanente para impedirles informar sobre la realidad del país que la prensa oficialista intenta ocultar o falsear.

Durante el pasado mes, el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) documentó a los periodistas como el grupo contra el cual el régimen cubano cometió más violaciones relacionadas con la libre expresión, las cuales incluyeron detenciones, arrestos domiciliarios, interrogatorios, citaciones, amenazas de prisión, cortes de internet, entre otras formas de hostigamiento.