Artemisa, Cuba (ICLEP). Dos hermanas que ya rebasan las siete décadas de vida, Milagros y Estela Rodríguez Morales, residentes en el poblado Las Mangas, temen que de un momento a otro o mientras duermen su casa maltrecha se les venga encima. Hasta la fecha el régimen no ha escuchado sus pedidos de ayuda.

El casucho de poco espacio interior donde viven las ancianas está visiblemente ladeado, a punto de precipitarse hacia uno de los costados. Según la información que se tiene por vecinos del lugar, las trabajadoras sociales que las han visitado se han limitado a “tomar datos y prometer mansiones”, según dijo a Majadero de Artemisa Coralia Medina, residente en la calle 25 A.

Las posibilidades de que estas ancianas contraten a particulares para reparar la casa son nulas, pues ambas sobreviven con la pensión de una de ellas y no cuentan con más parientes. “Lo que nos queda es que la casa nos termine de caer encima y se acabó el problema. Ya estamos cansada de esperar peras del olmo. Los representantes del Gobierno prometen y los cubanos como tontos nos dedicamos a esperar por el milagro”, declaró al boletín Milagros Rodríguez Morales, la hermana mayor.

En tanto, Estela, la anciana enferma, agregó a lo dicho por su hermana que era penoso que a su edad se encontraran en “esta condición indigna de mendicidad, en un país que asegura que nadie quedaría desamparado”.

Los intentos de reporteros de este medio por contactar con alguno de los Trabajadores Sociales en el Departamento de Trabajo y Seguridad Social municipal resultaron fallidos, en cuatro ocasiones.

Publicado originalmente en la edición 201 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa